Los bellos.
Mientras sueño con los ojos abiertos
la gata se sube a mi espalda
y pone su agradable peso
en mi columna.
Yo trato de dejar mi tos
y, en efecto,
amo las cosas simples
como despertar sin que suene
la alarma del reloj
y los ojos de cielo
de mis compañeros de casa
o pasear a la perra
con los pies descalzos sobre el pasto
y, por sobre todo,
una buena caminata,
un atardecer al día,
un amanecer,
en buena compañía.
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