Escritos de Miel

Eras tan hermoso cuando me amabas y tu risa hacía una danza circular alrededor mío y me decías miel y tu cuerpo de tierra se enredaba en mis aguas blancas y hacíamos lodo de oro de esquirlas de cosmos hilos de plata con filos romos canto de coro de un Azul Infinito como dos hermanos de rodillas y manos mirándose frente a frente.

Este es un poema que salió en la última TRILCE (que me regaló el mismísimo Omar Lara, ¡guau!) y que me gustó mucho. Lo reproduzco: Aprenderé a morir en el muro silencioso que nos separa y bajo el cimiento de la noche -como escombro ciego- enterraré mi llanto y te cantaré un redondo aullido de hembra herida y ya nunca más seré de nadie.

De ti que me diste todo no aceptaré migajas.

Se me acaba el mundo cuando te siento lejos como cuando el dragón se fue para siempre. Ahora, todas las mariposas que flotaban como una corona de flores en mi pelo se palpan secas. Herida: una perra lanzada a la calle después de haber pasado muchas noches durmiendo sobre un mullido cojín, arrojada al exilio de mis sueños, fuera del vagón en que los besos corrieren como arañas por el cuello, esperando -en este dolor que no me deja- que no sea cierto.