Cierta madrugada

Veo la noche calma y las casas señoriales
las gaviotas pasean por el cielo
como estrellas gráciles de movimiento lento
la brisa mueve en un vals
la copa del árbol frente a mí
En contrapunto,
suenan estos extraños ruidos urbanos

Y yo, así de simple,
intento recuperar el aliento firme
acercarme a esto que ocurre
agradecida
con el olor a mar
casi impregnado al alma.

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