Todas las cosas que extraño: tus pies helados cuando te metías en la cama, que hablaras dormido como si tus sueños fueran reales, tu pelo largo y corto, la guatita que estuvo creciendo en el último tiempo, que no me dejaras poner música tranquila en el computador, la tactofobia de cuando te enojabas, Tú, haciéndome el amor a golpes que nunca me hicieron daño, que leyeras hasta tarde mientras yo dormía, que me escribieras cartas y papeles que dejabas por toda la casa, que me llamaras “cabra lesa” y “cabrita rica”, que me leyeras poemas de Trakl y Celan, que me abrazaras cuando tenía miedo, tu amor por tu madre y por la vida, esa conexión que sentías con los mapu, que te enojaras cuando hablábamos de política, tus sobrinas y hermanos, tu piel con olor a Santiago, nosotros yendo al supermercado y caminando por las plazas, tu voz, Mauro, tu voz, tu alma, tu amor.