"Mi música es el producto de mi inteligencia y de mis dolores" (Schubert)
Un movimiento
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Ella había interpretado que había que oscilar entre la sumisa y la victimario. Y, así, en ese movimiento de péndulo, se perdía la oportunidad de soltar las tristezas a volar como mariposas grises al cielo.
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Comentarios
Anónimo dijo…
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Ese movimiento pendular caracteriza a muchos hombres y mujeres en momentos cruciales de la vida. Este oscilar entre someternos o imponernos se traslada a diferentes aspectos de nuestra existencia, y suele ser difícil tomar una decisión. Te invito a visitar mi blog. Saludos desde Argentina, Pablo
Ánimo de final de año... Estos son algunas de mis "experiencias" del año, que considero totalmente recomendables: 1. "Kafka en la Orilla" de Haruki Murakami 2. "Una Herida Blanca", Pablo Graniel, desconocido y joven poeta mexicano que es ¡excelente! 3. "Papeles de Harek Ayun" de Omar Lara... tremendo poeta y gran honor conocerlo. 4. Aunque no sea literario, escuchar en vivo a Leo Quinteros. Tremendas letras, sobre todo ponerle atención a "La Enredadera" de su disco "Los Accidentes del Futuro", editado este año. 5. Bandas desconocidas que deberían estar ganando millones: Violenta Parra y Sangre de Rosas (las vi tocar en el Quitapenas, frente al Cementerio General en Recoleta) 6. La película de Truman Capote, cuyo nombre es Capote. Tremenda. 7. "Zodiac" de David Fincher, que explora la relación prensa-crimen en base al "legado" de un asesino en serio gringo que efectivamente existió. 8. "Hierro-3" d...
Son las 12 de la noche y mi madre duerme tranquila con la perrita a los pies de la cama y Tomás se ha vuelto mi amigo -entonces, tengo paz también- Lena sueña con colores e Israel la luz apagada después de haber hecho deporte con alguien que le recuerda el dulzor de su hermana. Álvaro descansa bajo el techo de su madre y abraza con la fuerza que sólo conocen los padres a su hijo. Mauro escribe cuentos en su computador o sigue leyendo a Kerouac -Mauro es un animal nocturno como yo, que escribo a estas horas- y ruego a Dios que el insomnio no torture a María Dolores y sus rizos dorados se enreden en la almohada barca de visiones blancas, de la pureza que en su alma dormita. Y mi aliento descansa con cada uno de ellos, reposa de amor reverberante como una presencia leve en cada forma en esta noche como si una niebla porteña se colara de candor por todas nuestras almas.
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Este oscilar entre someternos o imponernos se traslada a diferentes aspectos de nuestra existencia, y suele ser difícil tomar una decisión.
Te invito a visitar mi blog.
Saludos desde Argentina,
Pablo